Los cambios que hemos experimentado para hacernos las cosas más simples o accesibles se han notado más por el efecto de la pandemia en nuestros hábitos. La tecnología nos ha mantenido conectados con familiares, amigos y compañeros de trabajo para continuar de manera remota o híbrida muchas actividades.
El cambiante panorama regulatorio, las necesidades de los clientes y la tecnología, están impulsando la disrupción en la industria de pagos; un ejemplo claro son las nuevas opciones para realizar transacciones que están en auge a medida que los consumidores desplazan el efectivo y lo cambian por los métodos de pago digitales.
El mundo de los pagos electrónicos ha tenido un gran desarrollo de nueva oferta como son, los servicios de las fintech, las opciones de pagos multi-riel en tiempo real (pudiendo elegir hacerlo con tarjetas o sin tarjetas), el blockchain, el open banking y las criptomonedas por mencionar algunos.
Este desarrollo acelerado de los pagos digitales y la interoperabilidad se apalanca en grandes inversiones de modernización de la tecnología de pagos que realiza la industria para cumplir con las nuevas demandas de consumidores y empresas. El Perú está a la vanguardia de esta tendencia y fue escogido como la sede del hub latinoamericano de Mastercard para la gestión de pagos en tiempo real, diseñado considerando las mejores prácticas y concebido para apalancar las nuevas tendencias como el open banking o la oferta multi-riel acompañando los nuevos desarrollos y soportando otra dimensión para los servicios vigentes.
Este hub, ubicado en Lima, se enfoca en la modernización y mayor eficiencia general de los sistemas de pagos de bajo valor, la reducción de riesgos y la respuesta a la demanda para la digitalización, cada vez mayor, de las transacciones en el Perú y en toda la región.
La estrategia multi-riel, que acompaña al hub, cuenta con plataformas y productos para el desarrollo y diversificación de los pagos desplazando el efectivo, fomentando la inclusión financiera, acelerando los tiempos de respuesta para verificaciones de riesgo para reducir posibles fraudes; además, facilita la transmisión de remesas, permite hacer operaciones de cuenta a cuenta en tiempo real (con acceso inmediato a los fondos), etc., todas operaciones cuya complejidad es invisible a los ojos de los beneficiados, pero cuyo resultado es altamente apreciado.
Esta modernización de la infraestructura de pagos contribuye a satisfacer la demanda poniendo al alcance de diversas instituciones financieras –y a través de ellas de sus clientes– la posibilidad de enviar y recibir pagos en tiempo real. Las personas e instituciones aprovecharán esta disponibilidad tecnológica para realizar operaciones en cualquier minuto los 365 días del año y obtener una respuesta inmediata independiente de su ubicación o la del destinatario.
Además, la modernización del sistema de pagos ayudará a las empresas a atender la creciente demanda de los clientes ofreciendo un acceso más rápido a los productos y servicios a través de procesos más fáciles, creando una mejor experiencia de cliente y preparándolas para adecuarse a las nuevas tendencias de pagos.
Como decíamos al iniciar estas líneas, son varios los cambios que hemos experimentado en los últimos años. Vivimos una nueva normalidad posterior a la pandemia, pero también una nueva normalidad donde la tecnología y las transacciones digitales continuarán creciendo.
