Escribe Mercedes Gomez, directora de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC).
En la última década, la medición de la huella de carbono ha tomado especial importancia a nivel mundial. Debido a que es una herramienta de la que disponen las organizaciones en la gestión de las empresas, se ha convertido en un indicador necesario para cuantificar los gases de efecto invernadero emitidos por su actividad diaria, ya sea de manera directa o indirecta y con ello tomar decisiones para la reducción de esta.
De acuerdo con el consumo y tipo de hábitos que tengamos, cada uno de nosotros deja una huella de carbono en el mundo. Desde lo que compramos, qué comemos o cómo nos trasladamos: todo impacta en nuestro planeta. Nuestra responsabilidad está en conocer cómo impactamos y reducirlo en pro del cuidado de nuestro entorno.
Cabe señalar que el Ministerio de Ambiente define esta medición como el cálculo de las emisiones de Gases de Efecto Invernadero (GEI) que se generan por las diversas actividades humanas y económicas. Actualmente, se puede medir la Huella de Carbono tanto a nivel de instituciones como a nivel individual. Asimismo, para el caso peruano, para calcular la huella de carbono existe una Guía de Funcionamiento HC - Perú y Manuales HC Perú - Plantillas que todas las organizaciones pueden usar para su correcto cálculo.
Una vez que la organización toma la decisión de calcular su huella de carbono, y define el alcance de sus actividades, fuentes y periodo de tiempo, entonces se procede al cálculo de emisiones. Luego de ello se debe verificar, es decir comprobar si los cálculos fueron hechos correctamente con la metodología adecuada y reflejan la realidad de las emisiones. Usualmente la organización verifica las emisiones a través de una empresa acreditadora en ISO 14064.
Posteriormente, se procede a establecer medidas para reducir o neutralizar emisiones, identificando las partes del proceso donde se generan más emisiones de GEI y donde se pueden tomar acciones de manera más eficiente. Estas acciones incluyen mejoras en el proceso, uso eficiente de recursos, ahorro energético, mejoras tecnológicas, entre otros. Asimismo, para neutralizar la huella de carbono existen mecanismos de compra de créditos de carbono generados a partir de proyectos de reducción de emisiones de GEI, que se emplean desde hace algunos años.
La medición de huella de carbono en toda organización nos pone en un antes y un después para seguir la ruta de la sostenibilidad, con una mejor imagen de compromiso ambiental, y en busca de una mayor productividad y competitividad en el mercado,
Por último, dentro de las recomendaciones que todos debemos seguir para reducir nuestra huella de carbono, están: promover el uso de movilidad sostenible; evitar el desperdicio de las comidas, modificando los hábitos de consumo y de alimentación; utilizar bolsas de compra reutilizables; desconectar los cargadores de tus dispositivos móviles cuando no los estemos usando; gestionar el uso del agua y de la energía eficientemente; implementar el reciclaje en nuestro día a día; entre otras medidas y acciones de nuestro día a día. Empezar un verdadero cambio está en nuestras manos.
