Escrito por Jorge Luis Ojeda, Docente de la facultad de Negocios de la UPC.
Cuando escuchamos la palabra “finanzas” rápidamente la asociamos a rentabilidad o utilidades; sin embargo, esto deja fuera del análisis el aspecto contextual: los factores sociales y medioambientales que afectan a nuestra sociedad. Las finanzas sostenibles toman en consideración dichos factores y los combinan con los resultados económicos que persigue toda empresa con fines de lucro, buscando lograr un equilibrio en las decisiones financieras. En ese sentido, las finanzas sostenibles son aquellas que adoptan un criterio ético en sus decisiones frente a cuestiones sociales y medioambientales de largo plazo.
Por otra parte, el financiamiento verde es otro concepto que ha tomado mucha fuerza en los últimos años. Este se refiere, en forma general, a las inversiones financieras que se destinan a proyectos o iniciativas de desarrollo sostenible, como el desarrollo de productos amigables con el medio ambiente bajo políticas que fomenten el desarrollo de una economía más sostenible.
Otro de los esfuerzos en esta línea es el desarrollo de los criterios ASG (ambientales, sociales y de gobernanza). Aunque parezca que la relación entre los criterios ASG y las finanzas son un concepto nuevo, las finanzas sostenibles llevan más de dos décadas desarrollándose en el mundo. Sin embargo, en los últimos años, su evolución e implementación se han visto aceleradas y con mayor fuerza a partir de la pandemia de la COVID-19, en parte por la demanda de la sociedad en incluir factores de sostenibilidad en las decisiones de inversión.
Bajo el contexto descrito anteriormente, la industria financiera ha creado un abanico de productos que integran los criterios ASG a las diferentes alternativas de inversión que ofrecen, satisfaciendo la demanda de los clientes interesados en inversiones y adquisiciones sostenibles. Actualmente existen varios productos financieros que cumplen estos criterios como son los fondos de inversión sostenibles, capital de riesgo social, préstamos verdes, bonos verdes, etc.
Si bien es cierto que a priori puede parecer que este tipo de inversiones son marginales en los mercados financieros mundiales, esto no es del todo cierto. Hace dos años la Unión Europea publicó el nuevo reglamento de Divulgación de Finanzas Sostenibles (SFDR, por sus siglas en inglés), en el que se establece la normativa sobre la transparencia que deberán cumplir los participantes de los mercados financieros en materia de sostenibilidad. Aunque todavía no existe evidencia empírica de que las inversiones asociadas a criterios ASG tengan una prima de rentabilidad sobre las inversiones tradicionales, es claro que los mercados de inversiones ASG van a crecer y aquellas empresas que cumplan con estos criterios van a atraer nuevas inversiones.
