Escrito por Susana Sugano, Directora del área académica de Factor Humano de la Escuela de Postgrado de la UPC.
A medida que aumenta la conciencia sobre los desafíos ambientales, sociales y de gobierno corporativo que enfrenta nuestro mundo, los inversionistas, los consumidores y la sociedad en general están demandando cada vez más que las empresas asuman responsabilidad en estos ámbitos.
En ese sentido, la relevancia de incorporar los criterios ESG (Environmental, Social, and Governmental, por sus siglas en inglés) en la estrategia empresarial ha ido en aumento en los últimos años, lo cual permite potenciar las acciones que mitiguen los riesgos relacionados con el impacto ambiental, la escasez de recursos naturales, los problemas de seguridad y otros factores ambientales y sociales que pueden afectar la viabilidad a largo plazo de una empresa.
Lo anterior no solo incrementa la consciencia de las empresas por ser sostenibles y socialmente responsables, sino que mejora su reputación y fortalece su relación con los clientes al elevarse la confianza del consumidor y otros grupos de interés, entre ellos los colaboradores, lo cual posibilita además la atracción y fidelización del talento.
Bajo este contexto, la gestión de personas juega un rol importante al impulsar de manera diversa la implementación de las prácticas de ESG en una organización. Entre ellas se pueden encontrar el fomento de una cultura organizacional que promueva la sostenibilidad y generación de valor; el establecimiento de políticas y prácticas laborales vinculadas con la igualdad de oportunidades, la equidad, la diversidad e inclusión, pensando en el bienestar de los colaboradores a través de relaciones y condiciones seguras y saludables; o la formación de líderes responsables y comprometidos con la sostenibilidad, la ética y la transparencia en la toma de decisiones.
Las empresas que se preocupan por una gestión de personas que integre los criterios ESG, promoviendo la sustentabilidad, la equidad y la responsabilidad en sus operaciones, pueden contribuir a la creación de un enfoque empresarial más sostenible y ético, soportado por el propósito empresarial. De acuerdo con un estudio de PageGroup sobre prácticas de ESG, si bien todavía menos del 20% de las empresas de Perú, México, Colombia, Chile, Brasil y Argentina (países que integraron la muestra) se reconocen comprometidas con la adopción de acciones ambientales, sociales y gobierno corporativo, en el caso peruano el 17% de los ejecutivos encuestados afirmó que sus empresas ya están ejecutando acciones relacionadas, lo cual representa el mayor porcentaje comparado con sus pares latinoamericanos. Estas prácticas no solo promueven la sostenibilidad de las organizaciones, sino que generan un atractivo a fondos internacionales que buscan invertir en empresas que tengan como requisito el compromiso y cumplimiento de los criterios de ESG.